Ese día comenzó realmente a eso de las 2.40 pm. que llegamos a la estación de San Fernanado, hasta ese entonces era dificil creer que realmente estaría pasando. Realmente tuvimos la intención de pagar el boleto, pero, como era de esperar, no funcionaban las máquinas. Nos tomamos el tren, si bien había un sol radiante, hacía mucho frío, aún así todavía tenía ganas de hacer el viaje, porque siempre lo supe, ellos lo valen. En el tren viajaban otras personas que iban al mismo lugar que nosotros, se notaba por su ropa, que gritaba rock n' roll, yo sólo me puse los auriculares y me puse a escuchar la radio, con la esperanza de que el viaje se haga un tanto más corto. Después de algunos pasajeros que se sentaron a mi lado y luego se fueron, por fin llegamos hasta Nuñez. Caminamos unas cuantas cuadras, cada vez se veía más gente con remeras de bandas, cada vez se sentía más la tensión, y ahí estaba: El Estadio River Plate, enorme, rojo, blanco... Nos queríamos acercar a la puerta, había una cola de 6 cuadras hasta allá, tengo que confesar que me sentí algo enojada por no haber llegado más tarde así evitabamos la espera, pero al llegar al final, nos dimos cuenta de que esa fila tan larga, no era la nuestra. Buscamos durante un rato la fila correspondiente a la plate Belgrano, por suerte, esta no superaba los 100 m. Ya faltaba menos, mientras esperabamos que abran las puertas, los vendedores nos tentaban con calcomanías, remeras, musculosas, posters, bebidas, muñequeras, y los tan famosos cuernos! Las promotoras nos regalaban snacks, pero con los nervios, el hambre no era tan importante. Por fin las abrieron! Eran las 4.30, no podría decir con palabras, la competencia por ver quien llegaba primero hasta la platea para elegir el mejor lugar, algunos se alteraban, otros corrían ansiosos. Aunque era muy agotados, y no lo esperaba así, subí las escaleras que prácticamente no tenían fin, y... ahí estaba...Un escenario gigante, con dos gorras infables color rojo, con un par de cuaernos cada una, en lo más alto del techo de este, lo rodeaban las tribunas blancas y rojas, los asientos de plástico rojo, varios puestitos de comida, y CD's, DVD's y cosas de ese estilo, entre esa primer imagen, busqué llegar hasta adelante, para poder apreciar mejor el espectáculo, debido a que no había llegado toda la audiencia aún, logramos agarrar los mejores lugares, no fue suerte, fueron los méritos ! Ya me sentía un poco más tranquila estando ahí, saqué algunas fotos, no muy buenas puesto que no tenías nada decente con qué sacarlas... La espera se hizo larga hasta las 7, pero nos acompañaron canciones de rock en todo momento. Cuando había llegado la mayoría de las personas, el ambiente era distinto, todos saltaban, cantaban, tomaban fotografías, se divertían. Ya se hicieron las 19.00 y de la mano de Michel Peyronel, llegaron los Héroes del Asfalto, que nos hicieron cononer a Rita Dinamita, a la Ruta 40 y dejaron Enfermos de Rock. Luego tuvieron que dejar el escenario porque, por palabras del cantante: "Nos hechan", aunque personalmente, pienso que tendrían que haber estado un rato más. A las 8 en punto, Las Pelotas tomaron el escenario, ellos no fueron muy bien recibidos, el público tenía hambre de algo más pesado, lo demostraron bastante bien, les tiraron con todo lo que tenían a mano, la verdad no creo que se la hayan merecido, en fin ellos dieron lo mejor. Se fueron unos minutos antes de las 9, ya no faltaba nada ! Recuerdo con mucha claridad la oscuridad que invadiño al estadio, ya habían llegado todos, esas dos gorras en el escenario se habían encendido, los cuernos que tenían puestos las personas titilaban con un rojo vivo, todos aclamaban su llegada. Y al fin se hizo la hora, con una puntualidad "inglesa" a las 9pm y unas 60 mil personas esperándolos, se apagaron todas las luces, se prendieron 3 pantallas enormes mostrando a dos Perras del Infierno que seducen a Angus para detener el tren del Rock n' Roll, el tren se descarrila ocasionanado una expolsión. Fue entonces cuando el viaje hasta allá, el haber pagado las entradas, el frío que se sentía, cobraron sentido con el primer sonido que se escuchó: La guitarra del legendario Angus Young. Fue lo mejor, esa imagen, con otros mienbros de la banda, Malcom Young, en la guitarra rítimica, Cliff Williams, en el bajo, Phill Rudd, en la batería y Brian Johnson con su inconfundible voz, AC/DC tocando para nosotros, esa imagen no tenía precio. Ellos nos hicieron saltar, cantar, gritar, bailar al ritmo de la guittarra de Young. Cómo explicar la plenitud con la que Angus hacía piruetas tocando solos escalofriantes en Let there be Rock? Cómo explicar energía en las piernas de Brian cuando corrio hacia las campanas para hacerlas sonar en el comienzo de Hells Bells? Cómo explicar la sensualidad y la gracia de las chicas atrevidas que enfocaban en The Jack ? Cómo dar a entender con sólo palabras la emoción en River al ver como se inflaba la gorda Rosie? Cómo transmitir la reacción del público en los comienzos de Back in Black, You Shook me all nite long, Thunderstruck o los coros en T.N.T y Dirty Deeds Done Dirt Cheap? Cómo explicar los cañonazos de los 12 cañones con los que se despedían? La verdad, es dificil resumir todas esas sensaciones, que nadie las puede entender a menos que los haya visto. Esa música a todo volumen, era increíble, honestamente, creo que no consigo describirlo muy bien con mis palabras. En fin, fue muy triste dejarlos ir, porque sabemos que ellos no volverán, ya estan viejos, pero siguen rockeando como la primera vez que lo hicieron: llenos de vida. En fin, jamás voy a olvidar ese día, fue una de las mejores noches, y me alegra muchisimo, como nadie se lo imagina, saber que estuve en el último concierto de AC/DC en Argentina, el 6 de diciembre de 2009.
------------------------------------------------------------------------
Hoy, seis de diciembre de dos mil diez, sigo amándo a esa banda tanto como ese día...