Estoy contenta, porque estoy aprendiendo muchísimo este año, pienso y pienso otra vez, en que cada vez el tiempo es menos, que la cuenta regresiva YA empezó, y van a ser mis últimas oportunidades de hacer muchas estupideces que el día de mañana no voy a poder, porque ya será tiempo de ser una mujer grande. A esta altura ya sé reconocer todas mis emociones, y poder separarlas de como son los hechos realmente, sé notar quienes son buenas personas y quienes no, que quizás sólo a veces tienden a equivocarse, y a sentir también, aprendí que no necesito muchos amigos, que no tengo que seguir buscando, que los encontré, y que tengo que cuidarlos, porque si bien no son súper héroes, ni Woody de Toy Story, son perfectos para mí, y son lo que siempre soñé. Entendí que en la vida hay muchísimos problemas, y los grandes no hacen insignificantes a los no tan serios, pero aún así, las cosas siempre podrían estar peor, y si se dan así es por algo, siempre hay que ver el vaso medio lleno... No obstante, lo más importante que aprendí, es que estar bien o mal, depende de mí, y de nadie más...
Creo que me faltan cosas por anotar en este día de reflexión con una amiga en la estación de servicio, pero bueno, últimamente estoy viviendo cosas que me hacen pensar que me quejé toda mi vida de muchas idioteces, cuando en realidad sobreviví a situaciones peores y ví que hasta de esas pesadillas se logra salir ileso. Voy a tomarme las cosas con más calma ahora.
